Higiene
A continuación mencionare los avances en relación a la higiene, caracterizando las practicas llevadas a cabo, y como estas fueron variando a lo largo de la historia.
Durante la edad media, los médicos medievales aconsejaban evitar los baños durante las epidemias porque supuestamente abría los poros, facilitando la entrada de la enfermedad.
Es por eso que las pautas de higiene consistían en la utilización de perfumes para combatir los malos olores, es decir, la implementación de técnicas de aseo “seco”. Sumado a esto, se había difundido la idea que el perfume servía como un fumigador de las zonas con infección y para espantar las moscas y pulgas.
A lo largo del siglo XV hubo una fuerte opinión en contra de los baños públicos a causa del aumento de la promiscuidad sexual, llegando incluso a practicarse la prostitución, lo que provocó el cierre de estos establecimientos.
Otro hecho que contribuyó a la clausura de estos espacios fue la creencia que los contagios de ciertas enfermedades se presentaban al momento de entrar en contacto con los baños públicos.
Además, se pensaba que al cambiarse la ropa interior uno se purificaba, por lo que se comenzó a llevar a cabo esa práctica en vez de someterse a baños de inmersión para la limpieza del cuerpo completo.
En cuanto a la higiene bucal, es de público conocimiento que las personas se limpiaban sus dientes con pedazos de tela o cenizas de romero. Aquellos dientes que causaban dolor eran atendidos por los "sacamuelas", especialistas en retirar muelas en mal estado.
A mediados del siglo XVIII aparecieron las habitaciones de aseo con grandes tinas.
Sin embargo, fue en el siglo XIX cuando se planteó al agua como la primera barrera de defensa contra el contagio de microbios y enfermedades.
A mediados de dicho siglo se planteó la importancia de la higiene con el fin de prevenir enfermedades, gracias al postulado de Ignaz Semmelweis (1818-1865, Budapest). Debido a su interés personal y a la observación, este médico es considerado el padre del control de infecciones.
Semmelwes trabajaba en el área de obstetricia del hospital general de Viena, especializándose en el control de infecciones postparto.
La institución estaba compuesta por dos zonas: una clínica, conformada por médicos y estudiantes, cuyos pacientes eran sobre todo indigentes; y otra donde atendían parteras y sus alumnas. El porcentaje de mortalidad materna en el primero era del 20%, mientras que en el segundo del 2%.
Frente a esta situación, el doctor húngaro descubrió que quienes prestaban atención en la clínica trataban con cadáveres, los disecaban y luego atendían a las pacientes sin desinfectarse las manos.
Luego llegó a la conclusión que los aprendices transportaban materia putrefacta, la cual causaba fiebre puerperal o sepsis.
Con el fin de disminuir la tasa de mortalidad, Semmelweis instaló un lavabo en la entrada de la sala de partos. A causa de esto, el médico fue despedido ya que lo hizo en contra de la voluntad del responsable de la clínica, el doctor Klein.
Dos meses después, la sepsis afectó a un médico al herirse por accidente con un bisturí de disección de un estudiante, por lo que el doctor húngaro fue readmitido.
A partir de esta situación, los estudiantes fueron obligados a lavarse las manos con una solución de cloruro cálcico, lo que provocó un descenso en la cantidad de muertos.
Semmelweis padecía de demencia y en un ataque de locura, entró en contacto con la enfermedad que pasó muchos años estudiando. Esto provocó su fallecimiento cuatro meses después.
Los descubrimientos de Ignaz Semmelweis fueron de suma importancia para los avances científicos.
Más tarde, fue Rudolf Virchow quien comenzó a hablar de higiene y medicina social; sin embargo, Virchow no apoyó a Semmelweis en sus postulados.
Finalmente, la higiene fue instituida como rama de la medicina a principios del siglo XX y su origen proviene del francés hygiène. Este término implica todas las prácticas de limpieza y aseo personal, de hogares y de espacios públicos que contribuyen a la prevención y cuidado de la salud tanto mental como física.
Esta es fundamental ya que su ausencia tiende a provocar resultados perjudiciales para el bienestar tanto del individuo como de la sociedad en su conjunto.
Debido a la difusión de estas prácticas, se previnieron muchas enfermedades en varios países y por ende, se prolongó el período de vida de los individuos.
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