Relación entre la medicina y la tarantela - Federica Rosenhek

 Relación entre la medicina y la tarantela 

Durante la edad media, al sur de Italia, se difundió una enfermedad reconocida como tarantulismo, la cual es originada tras la mordedura de una tarántula. 

Las personas afectadas tenían síntomas tales como dolores de cabeza, vértigos, temblores, ansiedad, fatiga, calambres y alucinaciones. También se caracteriza por la presencia de  palpitaciones o problemas estomacales, dolor de huesos y otros se sentían letárgicos.

Gracias a esto se  popularizó un baile denominado Tarantela, el cual se caracteriza por ser muy movido y cada vez más rápido, siguiendo el ritmo de la música acompañados de palmas, panderetas o castañuelas. 

Este baile es considerado medicinal, terapéutico y curativo. 

Músicos de la comunidad eran convocados para que tocaran para el enfermo, quien estaba recostado en su cama y luego de escuchar las notas comenzaba a  agitar una mano o un pie. 

El atarantado, persona mordida por la tarántula,  comenzaba a bailar constantemente por días seguidos, ya que de esta manera eliminaría toda la toxina incorporada mediante el sudor. 

Sin embargo, cuando los músicos se detenían el paciente parecía quedarse entumecido, perdía sus sentidos y se desvanecía. Finalmente, cuando el sonido de los tambores se volvía a oír, el atarantado recuperaba su fuerza y empezaba a bailar con más vigor que antes.

Se decía que el tarantismo afectaba a los histéricos, a los melancólicos, a los deprimidos, a los frustrados, a los neuróticos y a los que tenían un trastorno mental. Quienes llevaban vidas solitarias, los aburridos, los pedigüeños, los enfermos fingidos,  y los estafadores eran también vulnerables.

Es por eso que se comenzó a creer que este baile funcionaba como una distracción y permitía expresar el dolor causado por la miseria, humillaciones y represión sexual. 

Actualmente se sabe que la mordedura de una tarántula puede provocar dolor pero nunca esa clase de efectos como lo manifestaban en aquella época, pero el miedo a ser atacados por la tarántula los hacía caer presos de la histeria colectiva.